Recuerdo la educación en mi infancia como un juego de tetris, aprendiendo a retorcernos para encajar en una colección de piezas de colores o esquivando a naves nodrizas y ráfagas de balas en una coreografía imposible. Flexionados, con movimientos repetitivos y controlados hasta que somos capaces de adaptar nuestras posturas a las reglas de ese juego, inconscientemente, queramos o no.
ROLE PLAYING GAME
Con este trabajo reflexiono, desde la ironía, sobre cómo se nos educa en la infancia a jugar determinados roles, tan alejados del aprendizaje holístico o reflexivo.
Que baile el elefante con las patas de alante. No puedo, señor domador, con las patas de atrás es mejor
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